La vigorexia o “Complejo de Adonis”, también conocida como anorexia reversa, es un trastorno alimentario que se caracteriza por una preocupación obsesiva con el físico y una distorsión del esquema corporal. La persona, en su obsesión por la belleza física practica deporte compulsivamente para ganar musculación de manera incontrolada sin importar en absoluto las consecuencias para la salud que tal exceso puede suponer.
Además del ejercicio los vigoréxicos consumen una dieta desequilibrada, riquísima en proteínas, casi nula en lípidos, supuestamente para favorecer la hipertrofia muscular. Aún así el trastorno psicológico de estas personas le hará creer que a pesar de su extraordinario desarrollo muscular siguen siendo enclenques.
Por desgracia, la vigorexia es un mal cada vez más generalizado y suele ir acompañado de consumo de sustancias muy perjudiciales para la salud como el clembuterol, anabolizantes, creatina, etc. Por supuesto este tipo de medicamentos suelen conseguirlos en el mercado negro y con la única garantía médica del monitor del gimnasio de turno o del camello que trae las “provisiones”. Mercado ilegal además donde estos productos son coseguidos fraudulentamente y alterados, dando aún menos garantías médicas para el consumidor.
Fue el doctor H.G. Pope del hospital McLean en Belmont, EEUU, el primero en pronosticar esta enfermedad allá por 1993. Unos síntomas que describió como similares en algunos aspectos a la anorexia, como por ejemplo, tiranía de la báscula, autoimagen distorsionada, baja autoestima, introversión, automedicación, edad de aparición, modificaciones en la dieta, etc. La diferencia suele estribar en el sexo de los pacientes, más frecuentes son los varones con vigorexia que las mujeres, al contrario que la anorexia, y en la automedicación que en lugar de diuréticos y laxantes frecuentes en las anorexia son anabolizantes y drogras para el hiperdesarrollo del músculo.
El tratamiento de la vigorexia es complejo pero posible. Al igual que la anorexia los factores socioculturales influyen muchísimo en su aparición y los complejos físicos son determinantes. Para combatirla hace falta un cambio de conducta en el individuo tratado, una terapia psicológica que elimine el miedo al fracaso, y haga recuperar la autoestima del paciente. También hay casos en la que esta enfermedad está relacionada con desequilibrios de los neurotransmisores del sistema nervioso central, en concreto de la serotonina. El tratamiento sería con fármacos. Aunque lo habitual es que un mismo paciente necesite de los dos tipos de tratamiento, tanto farmacológicos como psicológicos.
0 comentarios: