Aunque es conocida como suplemento alimenticio para bajar de peso, la espirulina también nos puede ayudar a desintoxicar el organismo y a reducir los niveles elevados de colesterol y triglicéridos
La espirulina o spirulina (Spirulina maxima) es una alga unicelular que tiene forma de espiral (de ahí su nombre). Es de color azul verdoso, la presencia de clorofila le da el color verde y la de ficocianina el color azulado.
La spirulina es un superalimento que ofrece proteínas más digeribles que las de la carne de vacuno y contiene una sorprendente variedad de elementos nutritivos: vitaminas, macrominerales, minerales, ácidos grasos esenciales, proteínas, ácidos nucleicos (ADN y ARN), clorofila, y una amplia gama de fitoquímicos.
La spirulina es un superalimento que ofrece proteínas más digeribles que las de la carne de vacuno y contiene una sorprendente variedad de elementos nutritivos: vitaminas, macrominerales, minerales, ácidos grasos esenciales, proteínas, ácidos nucleicos (ADN y ARN), clorofila, y una amplia gama de fitoquímicos.
Los mayas eran grandes consumidores de espirulina, alga de agua dulce, rica en proteínas (posee 21 de los 23 aminoácidos y los 8 esenciales, sobre todo triptofano que es un potente antidepresivo), vitaminas (es la fuente natural más rica en B12), minerales (hierro, magnesio, potasio), enzimas, antioxidantes y ácidos grasos esenciales.
Como vegetales -acuáticos, pero vegetales al fin- las algas tienen la capacidad intrínseca de sintetizar AGE (ácidos grasos esenciales). Este hecho convierte a las algas en fuente proveedora de poliinsaturados para el reino animal (peces y humanos).
Debido a que se consumen en bajas dosis (son más bien un acompañamiento de cereales, legumbres y hortalizas) y luego de procesos de cocción, no podemos considerar a las algas como fuentes principales de lípidos.
La espirulina se remonta a unos 3.500 millones de años; es una de las plantas más antiguas del mundo y sin dudas la más pequeña. Esta microscópica alga azul verdosa crece espontáneamente en lagos alcalinos (como el Texcoco de México o el Lago Chad del homónimo país africano), cuyas condiciones impiden el desarrollo de otros organismos vivos. Esto convierte a la espirulina en un producto confiable, pues en aguas alcalinas hay muy pocas bacterias. Siendo un alimento que no recibe más tratamiento que el secado, su posible contaminación bacteriana resulta insignificante. Además, la espirulina posee una enzima de restricción (SPL1) que inhibe el crecimiento de microbios, hongos y levaduras, y que la protege de virus y bacterias.
La espirulina era parte esencial de la dieta de mayas e indígenas africanos, que practicaban su recolección y secado. En el futuro puede convertirse en un alimento estrella, ya que puede producirse rápidamente (duplica su biomasa en 4/5 días) en estanques poco profundos, brindando un rendimiento proteico por unidad de superficie 20 veces superior a la soja, 40 veces superior al maíz y 400 veces superior al ganado vacuno. Actualmente existen gran cantidad de emprendimientos en el mundo que se dedican a su cultivo.
Como vegetales -acuáticos, pero vegetales al fin- las algas tienen la capacidad intrínseca de sintetizar AGE (ácidos grasos esenciales). Este hecho convierte a las algas en fuente proveedora de poliinsaturados para el reino animal (peces y humanos).
Debido a que se consumen en bajas dosis (son más bien un acompañamiento de cereales, legumbres y hortalizas) y luego de procesos de cocción, no podemos considerar a las algas como fuentes principales de lípidos.
La espirulina se remonta a unos 3.500 millones de años; es una de las plantas más antiguas del mundo y sin dudas la más pequeña. Esta microscópica alga azul verdosa crece espontáneamente en lagos alcalinos (como el Texcoco de México o el Lago Chad del homónimo país africano), cuyas condiciones impiden el desarrollo de otros organismos vivos. Esto convierte a la espirulina en un producto confiable, pues en aguas alcalinas hay muy pocas bacterias. Siendo un alimento que no recibe más tratamiento que el secado, su posible contaminación bacteriana resulta insignificante. Además, la espirulina posee una enzima de restricción (SPL1) que inhibe el crecimiento de microbios, hongos y levaduras, y que la protege de virus y bacterias.
La espirulina era parte esencial de la dieta de mayas e indígenas africanos, que practicaban su recolección y secado. En el futuro puede convertirse en un alimento estrella, ya que puede producirse rápidamente (duplica su biomasa en 4/5 días) en estanques poco profundos, brindando un rendimiento proteico por unidad de superficie 20 veces superior a la soja, 40 veces superior al maíz y 400 veces superior al ganado vacuno. Actualmente existen gran cantidad de emprendimientos en el mundo que se dedican a su cultivo.
Propiedades nutricionales
La investigación científica ha verificado la gran riqueza constitutiva de la espirulina; ya se llevan aislados más de 60 componentes y se presume que la tarea está incompleta. Es una de las fuentes naturales más proteicas; casi el 70% de su peso está constituido por aminoácidos. Su proteína es completa y de alto valor biológico: posee 21 de los 23 aminoácidos (todos los esenciales) en proporción casi ideal, destacándose el triptofano (antidepresivo por excelencia) y la fenilalanina (otorga sensación de saciedad) como los de mayor concentración.
A nivel de lípidos, si bien la espirulina no posee abundancia (llega a un 7%), tiene gran calidad de AGE (ácidos grasos esenciales), los cuales se reparten entre omega 3 y 6, destacándose la presencia de un importante ácido graso activado: el GLA (gamma-linolénico), clave en la síntesis de los eicosanoides benéficos.
La espirulina contiene entre un 15 y un 25% de azúcares, lo cual proporciona energía rápida sin sobrecargar el páncreas ni desencadenar hipoglucemia. Entre estos glúcidos se destaca la presencia de un raro azúcar natural (ramnosa) que favorece el metabolismo de la glucosa y posee un efecto favorable en la diabetes. Diez gramos de esta alga aportan sólo 36 calorías, razón por la cual es muy recomendada en dietas de adelgazamiento.
En materia vitamínica, la espirulina posee una gran riqueza. Además de vitaminas A (diez veces más concentración que la zanahoria y en la forma segura de betacarotenos), B1, B2, B5, B6, ácido fólico, E y H, se destaca por ser la fuente natural más rica en B12 (pocos gramos cubren las necesidades diarias de dicha vitamina, siendo totalmente asimilable al no haber proceso de cocción). Resulta entonces un complemento ideal en dietas vegetarianas estrictas.
En cuanto a minerales, la espirulina es especialmente rica en hierro altamente asimilable (cinco veces más que el hígado); diez gramos satisfacen las necesidades diarias de un adulto. Pero también contiene calcio, fósforo, magnesio, potasio, manganeso, selenio, cromo, cobre, cinc y germanio, con escasa presencia de sodio. También está bien dotada de clorofila, carotenos, ácidos nucleicos, enzimas y fibra soluble (mucílagos).
Beneficios
La espirulina ha sido declarada por la UNESCO como el alimento del milenio por sus múltiples vitaminas, minerales y proteínas, tiene muchísimos beneficios para la salud.
- Mejora el sistema inmunológico por su alto contenido en antioxidantes (betacaroteno, ficocianina, vitamina E), polisacáridos (Ca-Spirulan) y los aminoácidos alanina y acido pantoténico.
- Es efectiva contra las diferentes clases de virus debido a la ficocianina, los sulfolípidos y el Ca-Spirulan de la spirulina.. Reduce los niveles de colesterol por el alto contenido de ácido gamma-linolénico y la niacina. Ayuda a prevenir el cáncer y los tumores por su alto contenido en antioxidantes como el beta-caroteno, la ficocianina, la vitamina E y la enzima superóxido dismutasa. Protege contra los efectos dañinos de la radiación (radioterapia, accidentes nucleares) gracias a la ficocianina.
- Disminuye el efecto tóxico en los riñones provocado por metales pesados (plomo, mercurio) y del consumo de medicamentos gracias al alto poder desintoxicante de la clorofila.
- Mejora la flora intestinal del lactobacilo que estimula la digestión, la absorción de los alimentos y previene las infecciones intestinales gracias a la clorofila, la prolina y la vitamina B12.
- Equilibra la glucosa en la sangre de quienes sufren de diabetes gracias a los carbohidratos complejos y a la combinación de magnesio, cromo y las vitaminas B1, B12 y B3.
- Ayuda considerablemente a bajar de peso con 9 gramos de spirulina diarias. La clorofila, los polisacáridos, las enzimas, la fenilalanina y el cromo ayudan en este proceso.
- Protege el sistema cardio-vascular a través de los ácidos grasos esenciales, las vitaminas E y B6 y el selenio.
- Previene y combate la anemia por su alto contenido de hierro y su fácil asimilación tanto de éste como del magnesio, el ácido fólico y las vitaminas B6 y B12.
- Las dolencias de la artritis y reumatismo se previenen gracias a los antioxidantes, el ácido gamma-linolénico, la serina y el ácido pantoténico que se encuentran en la Spirulina.
- Activa las funciones cerebrales por sus aminoácidos niacina, valina, isoleucina y leucina de las vitaminas B1, B3 y el zinc.
- Sus carotenoides y la riboflavina previenen y mejoran los problemas ópticos.
- Sus minerales en presentación de fácil absorción tales como: el calcio, el magnesio, el potasio, el zinc y el fósforo previenen la osteoporosis.
- Por su gran cantidad de vitaminas, minerales, ácidos grasos, aminoácidos, proteínas y las sustancias fotoquímicas, la spirulina incrementa la vitalidad, la energía sexual y la memoria.
- Por su alto contenido en aminoácidos, vitaminas y minerales es el suplemento ideal para niños hiperactivos o mal nutridos.
¿Dónde crece?
La espirulina puede vivir en agua a la vez salada y alcalina, contenida en un recipiente resistente a la corrosión. Vemos aquí algunas indicaciones para poder cultivarla en casa.
En principio, debe disponerse de un recipiente o estanque con ángulos redondeados, para facilitar la agitación y limpieza de los rincones. Se utilizan en mayor medida estanques con bordes de 40 cm. Los estanques pueden tener una superficie de 1 m², correspondiendo a las necesidades de spirulina de una persona, aunque esta característica no constituye una limitación, solo resulta imprescindible tener en cuenta la necesidad de agitar periódicamente el estanque.
Para facilitar su desagüe, el fondo del estanque debe tener un hoyo y una ligera pendiente.
La agitación superficial de los estanques se puede hacer a mano con escoba, una vez cada hora o dos horas. Además, debe agitarse una vez al día el fondo del recipiente.
La temperatura del medio de cultivo es el factor climático más importante, que incidirá directamente en la rapidez del crecimiento y la calidad de la spirulina. Por debajo de 20°C el crecimiento es prácticamente nulo, siendo la temperatura óptima para el desarrollo alrededor de 37°C.
La iluminación es indispensable para el crecimiento, pero no debe mantenerse en forma continuada las 24 horas del día. El pleno sol no es ideal: una media sombra es lo más aconsejable. También es muy importante que el medio de cultivo registre una temperatura ambiente elevada, sin depender únicamente de la entrada de luz solar.
La lluvia y el viento son benéficos, pero es necesario controlar que el agua no desborde el estanque y que el mismo no se llene de polvo y hojas. El agua utilizada en el medio de cultivo debe ser limpia o filtrada, para eliminar posibles contaminaciones. Este líquido aportará los oligoelementos y el calcio que necesita la spirulina, además del carbono y las sales que deben disponerse a la vez.
En principio, debe disponerse de un recipiente o estanque con ángulos redondeados, para facilitar la agitación y limpieza de los rincones. Se utilizan en mayor medida estanques con bordes de 40 cm. Los estanques pueden tener una superficie de 1 m², correspondiendo a las necesidades de spirulina de una persona, aunque esta característica no constituye una limitación, solo resulta imprescindible tener en cuenta la necesidad de agitar periódicamente el estanque.
Para facilitar su desagüe, el fondo del estanque debe tener un hoyo y una ligera pendiente.
La agitación superficial de los estanques se puede hacer a mano con escoba, una vez cada hora o dos horas. Además, debe agitarse una vez al día el fondo del recipiente.
La temperatura del medio de cultivo es el factor climático más importante, que incidirá directamente en la rapidez del crecimiento y la calidad de la spirulina. Por debajo de 20°C el crecimiento es prácticamente nulo, siendo la temperatura óptima para el desarrollo alrededor de 37°C.
La iluminación es indispensable para el crecimiento, pero no debe mantenerse en forma continuada las 24 horas del día. El pleno sol no es ideal: una media sombra es lo más aconsejable. También es muy importante que el medio de cultivo registre una temperatura ambiente elevada, sin depender únicamente de la entrada de luz solar.
La lluvia y el viento son benéficos, pero es necesario controlar que el agua no desborde el estanque y que el mismo no se llene de polvo y hojas. El agua utilizada en el medio de cultivo debe ser limpia o filtrada, para eliminar posibles contaminaciones. Este líquido aportará los oligoelementos y el calcio que necesita la spirulina, además del carbono y las sales que deben disponerse a la vez.
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