El aceite acalórico es uno de los ingredientes principales que podemos incluir en una dieta saludable para nuestro organismo. ¿Has oído hablar acerca de sus beneficios para la salud? Te lo contamos en las próximas líneas.
Aceite acalórico para una dieta sana
El término dieta sana hace referencia al consumo de una amplia variedad de alimentos, pero controlando siempre la cantidad de los mismos. En este sentido se ha de incidir en la necesidad de equilibrar el porcentaje de hidratos de carbono, proteínas, grasas y fibra que ingerimos a diario. Con una correcta dieta no solo ayudamos a promover un buen estado de salud, sino también prevenir posibles enfermedades. En esta dieta se han de incluir alimentos pertenecientes a diferentes grupos como cereales, lácteos, carnes, hortalizas, huevos, azúcares o pescados.
Precisamente, en aras de evitar la obesidad y sus consecuencias, es muy importante moderar las cantidades consumidas como se especificaba en líneas anteriores, además de apostar por alimentos o ingredientes saludables como el antes mencionado aceite acalórico, que podemos utilizar en crudo para ensaladas o, incluso, para dar sabor a carnes y pescados ya cocinados. Por su origen mineral, este tipo de aceite no debe calentarse dado que con el cambio de temperatura puede resultar tóxico para nuestro organismo. De entre los diferentes productos que podemos encontrar en el mercado, el aceite acalórico de Ordesa es una alternativa a tener en cuenta.
¿Qué beneficios aporta el aceite acalórico a tu salud?
El aceite acalórico es una interesante combinación entre el aceite de oliva y el aceite de parafina, el cual es conocido por sus muy diversas cualidades y por su reducido porcentaje de calorías. Más allá de sus propiedades laxantes, la parafina puede utilizarse en el campo de la estética para realizar tratamientos reductores en piernas y caderas, hidratación de la piel y manicuras, incluso, con fines terapéuticos.
Una de las principales cualidades del aceite acalórico es que actúa como laxante, ayudando de esta forma a lubricar el intestino y, por consiguiente, facilitar la evacuación de las heces. En este sentido, se podría decir que es un gran aliado para combatir el estreñimiento.
Un ejemplo práctico sobre la aplicación de este aceite en la cocina sería, por ejemplo, la creación de una vinagreta de mostaza, para la cual mezclaríamos tres cucharadas soperas de zumo de limón, otras cuatro de aceite acalórico, otra de mostaza, sal y pimienta. Posteriormente, se mezclan todos los ingredientes hasta obtener una emulsión homogénea y con el resultado obtenido se puede acompañar a tu ensalada.
Mientras una cucharada sopera de aceite de oliva puede aportar un total de 135 calorías, una cucharada sopera de aceite acalórico aportará solamente 13, 5 calorías, lo que supone un nada desdeñable 90% menos de calorías.
Este aceite también es rico en vitamina E, ácido oleico y beta-carotenos, lo que será de gran utilidad para mejorar el funcionamiento de nuestro sistema circulatorio. Igualmente, estimula la mineralización ósea, reduce la liberación de jugos gástricos y aporta polifenoles que, a su vez, poseen interesantes efectos antioxidantes.
¿Habéis probado en alguna ocasión el aceite acalórico?, ¿cómo fue vuestra experiencia?
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