Los síntomas de la tortícolis se pueden detectar fácilmente. Son:
–Dolor muscular normalmente en el cuello, en la espalda o en la cabeza.
–Sensación de rigidez en los músculos del cuello y, por tanto, movimiento limitado en esta zona. Puede producir espasmos o temblor.
-La postura de la cabeza no es la normal. Es imposible girarla. Suele estar algo torcida, especialmente en el mentón. Este último suele estar mal posicionado y además el hombro del lado lesionado se eleva un poco en muchos casos. Por eso también a la tortícolis se le conoce con el nombre de cuello rígido o cuello torcido.
–Cefaléas
Por lo general, la tortícolis desaparece con el paso de los días según va bajando la inflamación que ha causado su aparición. Para paliar el dolor que produce, se suele recomendar aplicar calor sobre la zona del cuello. Si los días pasan y no se cura el dolor, entonces hay que acudir al médico para que realice las pruebas pertinentes.
Miles de personas sufren cada día tortícolis. Esto es debido a que se trata de una contracción muscular que se genera por hábitos posturales diarios. Por ejemplo, una actividad tan cotidiana como estudiar, dormir o trabajar puede producirla. Se produce por mantener el cuello en una mala posición o por dormir en una posición brusca que no permita relajar los músculos del cuello.
Hay más causas por las que se puede producir esta contracción muscular. Por ejemplo, puede aparecer como causa de una frenada brusca con el coche. También puede producirse como síntoma de algunas infecciones o por influencia genética. El estrés y la fatiga pueden predisponer a que aparezca.
Hay más causas por las que se puede producir esta contracción muscular. Por ejemplo, puede aparecer como causa de una frenada brusca con el coche. También puede producirse como síntoma de algunas infecciones o por influencia genética. El estrés y la fatiga pueden predisponer a que aparezca.
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