A menudo encontramos términos extraños que invaden la publicidad y los envases de los productos alimenticios que vamos a comprar.
Los prebióticos y probióticos son microorganismos que podemos incluir en nuestra alimentación diaria para mejorar o fortalecer nuestra salud y que podemos encontrar en productos completamente naturales.
Los prebióticos y probióticos son microorganismos que podemos incluir en nuestra alimentación diaria para mejorar o fortalecer nuestra salud y que podemos encontrar en productos completamente naturales.
Diferencias entre probióticos y prebióticos
Los microorganismos probióticos son elementos vivos que, de usarse en la dosis adecuada, contribuyen a repoblar la flora intestinal. Los prebióticos son un tipo de fibra no digerible que ayuda al desarrollo de determinadas bacterias específicas en el colón. Ambas se complementan, ya que los elementos prebióticos son utilizados por los probióticos.
Resultan útiles en cuanto a problemas relacionados con la salud intestinal como casos de digestiones lentas, falta de flora bacteriana, para regular el síndrome de colon irritable o, incluso, protegernos contra la acción de la gripe. Eso sí, a la hora de consumir probióticos y prebióticos tenemos que valorar y preguntar al especialista cuál debe ser la dosis apropiada, más que nada para ir por el buen camino en nuestra dieta.
Una buen producto que nos ofrece el mercado es el Lactobacillus gasseri. Se trata de una cepa probiótica centrada especialmente y de una forma muy eficaz en el control del peso. Nos permite conseguir una reducción de la adiposidad abdominal si los consumimos de manera regular además de limitar la tasa de glucosa en los casos de diabetes de tipo 2.
Beneficios de los probióticos
Estos microorganismos tienen como función mejorar la población de las bacterias intestinales, impidiendo que las perjudiciales se hagan un hueco en nuestro intestino formando una sólida barrera contra ellas. Los beneficios de los probióticos son amplios y dependerán del tipo que consumamos, pero en general colaboran en la salud intestinal y en el fortalecimiento del sistema inmunológico. Además, los probióticos nos asisten frente a las amenazas que suponen las comidas procesadas, las toxinas o el agua clorada. Los más conocidos son los Lactobacillus y Bifidobacterium.
Podemos encontrar probióticos naturales en el kéfir, yogures, sopa miso, el chocolate negro, el queso, chucrut, pepinillo y la leche.
Beneficios de los prebióticos
Hablamos de un tipo de hidratos de carbono que no podemos digerir, pero que sí alimenta a los probióticos. Es decir, ayudan a los probióticos y, a su vez, a nuestro organismo. Además, facilitan la absorción de calcio y magnesio, reducen la aparición de gases, regulan el sistema digestivo, limitan el riesgo de cáncer de colón y contribuyen a controlar los períodos de estreñimiento.
¿Y dónde podemos encontrar estos elementos? En alimentos naturales como cebollas, plátanos, alcachofas, puerro, ajo, tomates, espárragos, achicoria y trigo integral. Hay productos como, por ejemplo, el Fructo-Oligosaccharides que favorecerán un aparato digestivo más sano, el tránsito intestinal y la absorción del magnesio y del calcio.
Si tus intenciones son mantener tu cuerpo fuerte y sano, piensa en la posibilidad de consumir probióticos y prebióticos y procura llevar una dieta variada en la que abunden las frutas, verduras y hortalizas.
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