Cada vez se usan más los edulcorantes como sustitutos del azúcar, pero hay que tener cuidado con ellos pues presentan inconvenientes para nuestra salud. Por ello en este post os vamos a enseñar los peligros de los edulcorantes artificiales.
La mayoría de nosotros no podemos vivir sin los alimentos dulces, son un placer del que resulta muy difícil privarse. Sin embargo, su alto contenido en azúcar provoca que sean alimentos poco aconsejables si queremos mantenernos en nuestro peso y gozar de un estado de salud óptimo. Como decimos siempre, su consumo es necesario y bueno, pero siempre de una forma moderada.
¿Qué son los edulcorantes artificiales?
En el mercado podemos encontrar numerosos productos químicos artificiales que se han creado para simular los efectos de azúcar, que estimulan los receptores del sabor dulce que tenemos en la lengua. Por lo general, estas sustancias no tienen calorías, ni tampoco los efectos nocivos para nuestro organismo del azúcar añadido. Estos productos de los que hablamos son conocidos como edulcorantes artificiales, a diferencia de los edulcorantes naturales como el azúcar o la miel.
Estas sustancias químicas son muy dulces y a menudo se añaden en los alimentos y bebidas que se anuncian para perder peso de una manera fácil. En cierta medida, puede ser verdad esto, ya que prácticamente no tienen calorías. Sin embargo, la realidad es que el mayor uso de estos edulcorantes bajos en calorías no ha parado el alarmante aumento de la obesidad en las sociedades más avanzadas.
En los últimos años se han realizado numerosos estudios que ponen de manifiesto otra realidad: y es que los edulcorantes artificiales no son tan sanos como se nos están vendiendo.
Distintos tipos de edulcorantes artificiales
Actualmente, podemos encontrar numerosos tipos de edulcorantes artificiales, siendo muy diferente la estructura química en cada uno de ellos. Pero lo que todos tienen en común es una gran eficacia a la hora de estimular los receptores del sabor dulce en la lengua. De hecho, la mayoría son cientos de veces más dulces que el azúcar.
Aunque algunos de ellos sí que contienen calorías, es tan baja la cantidad necesaria para proporcionar un sabor dulce, que el aporte calórico es insignificante.
Edulcorantes artificiales y la regulación del apetito
Todos los animales, incluyendo los seres humanos, no sólo buscan alimentarse para satisfacer sus necesidades de energía. También buscamos la llamada “recompensa” de la comida. El cerebro cuenta con un sistema de recompensa, que responde a las gratificaciones naturales de supervivencia como pueden ser la comida, el agua o el sexo.
Los alimentos azucarados provocan que se liberen sustancias químicas y hormonas, que es parte de este proceso que conocemos como este sistema de recompensa. Este mecanismo es básico para sentirnos satisfechos después de las comidas.
El problema de estos edulcorantes artificiales es que proporcionan sabor dulce sí, pero la falta de calorías impide la activación completa de este sistema de recompensa. Esta puede ser la explicación, según muchos expertos, por la que estos edulcorantes artificiales están relacionados con el aumento de apetito y antojos de alimentos azucarados. En otras palabras, puede que si el sabor dulce que aportan estos edulcorantes no viene acompañado de suficientes calorías, provoquen al final un consumo superior de calorías, al no sentirnos satisfechos con las comidas y “picar” entre horas.
Esperamos haberos aclarado con este post que estas sustancias no son tan inocuas como nos quieren hacer ver y que hayáis aprendido los peligros de los edulcorantes artificiales.
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